Aplicar calor a nuestro cuerpo supone de gran ayuda a la mejora del flujo de sangre, cosa que hace que haya más O2 (oxígeno) y así disminuya el dolor.

Aplicar calor a nuestro cuerpo supone de gran ayuda a la mejora del flujo de sangre, cosa que hace que haya más O2 (oxígeno) y así disminuya el dolor.