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¿Ahorrar en calefacción sin morir congelados en el intento? Sí, es posible…

Estos días en casa andamos revisando y sustituyendo algunas bombillas LED por otras de mayor eficiencia energética y muchísimo menos consumo. Y ¿cómo no? Al precio que está la energía, llámese electricidad o gas, no nos queda otra que buscar soluciones para que cuando llegue la factura no tengamos un buen disgusto.

Son pequeños gestos que todos podemos hacer y que no sólo benefician a la lucha contra el cambio climático por el ahorro energético que representan, sino que también suponen un importante alivio para los bolsillos, más si cabe en estos tiempos con la inflación por las nubes.

Otro tema que nos ocupa y preocupa es cómo afrontar las bajas temperaturas en los tiempos que se avecinan, teniendo en cuenta que según el Ministerio de Transición Ecológica, “la calefacción es la principal consumidora de energía de los hogares españoles”, pues de un estudio llevado a cabo en 600 hogares, se desprende que el 63 % del gasto energético total se debe a la calefacción!!! Un 63% es más que si sumamos el consumo por el agua caliente, la cocina, la iluminación y los electrodomésticos juntos!!! Así que si queremos reducir el importe de nuestra factura energética, debemos enfocarnos en encontrar soluciones o alternativas para reducir en el consumo de calefacción. Pero ¿cómo podemos ahorrar sin morir congelados en el intento?

He estado indagando sobre el tema, y al menos en casa, que tenemos calefacción de gas, vamos a seguir estos pasos que espero que también os sirvan de ayuda a vosotros:

Abrigarnos bien, como corresponde a las estaciones de frío

Pues en primer lugar, debemos abrigarnos bien en casa, preferiblemente por capas, para poder ponernos o quitarnos prendas dependiendo del momento y la necesidad. Si disponéis de ropa térmica es un buen momento para darle uso: es confortable, ligera y aporta un rendimiento calorífico excelente. Y sino, no os preocupéis, el caso es estar bien abrigado, pues como dice el refrán: “Ande yo caliente, ríase la gente”.

Purgado de radiadores

En segundo lugar, y muy importante, es poner a punto los radiadores antes de encender la calefacción por primera vez cuando empiezan a bajar las temperaturas. Para ello tenemos que purgar los radiadores. Con esta sencilla labor de mantenimiento y en pocos minutos, extraemos las bolsas de aire que puedan haberse acumulado dentro de las tuberías que forman el circuito de agua caliente de la calefacción de gas. Al eliminar el aire del circuito, el agua vuelve a circular correctamente por las tuberías, repartiendo el calor de forma uniforme por toda la superficie del radiador, con lo que obtenemos una mayor eficiencia y rendimiento calorífico. En internet puedes encontrar muchos videos demostrativos de cómo purgar un radiador, o también puedes seguir las indicaciones de la OCU.

Sustituir el termostato por un cronotermostato para un mejor control

Si sustituimos el clásico termostato de ruedecita por un cronotermostato, que es un termostato digital programable, no sólo podremos planificar a qué temperatura deseamos mantener nuestro hogar, sino que también nos dirá la temperatura real de la estancia y podremos establecer en qué franjas horarias queremos tener una temperatura u otra. Por ejemplo: si nos acostamos a las 23.00 h y nos levantamos a las 07.00 h, podemos programar que a partir de las 22.45 h y hasta las 06.45 h, la calefacción sólo se ponga en marcha si la temperatura desciende a menos de 15 grados, ya que como estamos tapados, los expertos aconsejan estar entre 15 y 17 grados durante el descanso nocturno, no necesitamos más. Y así podemos establecer diferentes temperaturas para diferentes franjas horarias en función de nuestras necesidades y hábitos, bajarla cuando no se esté, etc., lo que nos permite optimizar el consumo energético ahorrando de paso un buen pellizco (aproximadamente un 15 % del gasto total de calefacción).

Regular la temperatura

Desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía IDEA, adscrito al Ministerio de Transición Ecológica, aconsejan ajustar el termostato a 20-21°C durante el día, si vamos a estar en casa. Si nos hemos equipado con una ropa de abrigo adecuada a la estación; si hemos vigilado de ventilar la casa justo el tiempo necesario; si hemos bajado las persianas por la noche para evitar que se pierda el calor, y si nos hemos preocupado en el pasado de que la casa esté bien aislada, esta temperatura debería ser suficiente para mantener un ambiente agradable. Obviamente, siempre aplicando el sentido común y el sentido de la responsabilidad: no nos pondremos manga corta ni bermudas para estar en casa en invierno, pero siempre se puede aumentar algún grado la temperatura ocasionalmente si con la temperatura programada sentimos frío. Pero ¡ojo!, por cada °C de temperatura que aumentemos, estaremos incrementando un 7 % nuestro consumo energético, las emisiones de CO2 y también nuestra factura!!!

Una buena ayuda para poder ajustar a la baja algún grado en el termostato es ITASH Termoterapia. Conectado a la luz sólo 6 minutos proporciona 2 horas de agradable e intenso calor.

Pues estas son algunas de las medidas de que os hablaba. Ahora toca concienciar a la familia y ponernos todos manos a la obra, o ¿debería decir al ahorro? Quizás al principio nos parezca demasiado esfuerzo, que no vale la pena sufrir incomodidades y sacrificios, pero no hay buenos resultados sin esfuerzo, y un ahorro de un 40 % según el Ministerio de Transición Ecológica bien lo vale ¿no? Y de paso estamos contribuyendo, aunque sea un poquito, a la lucha contra el cambio climático, así que ¿por qué no intentarlo? ¿Os apuntáis?

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