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¿Sabías que el proceso digestivo consume mucha energía? ¿Te has notado después de una comida copiosa cansado y con ganas de dormir? Son señales de que se ha comido en exceso.

 

Escogemos mal lo que comemos habitualmente y nos movemos poco. Nuestros hábitos son más bien sedentarios. En general comemos más cantidad de la que necesitamos, poco de lo que deberíamos y demasiado de lo que no conviene.

Deberíamos comer lo que realmente necesita nuestro cuerpo y apostar por unos hábitos saludables. Si de vez en cuando nos saltamos “lo saludable” no importa, pero han de ser excepciones no lo normal de nuestro día a día.

Hemos de aprender a escoger alimentos con los nutrientes que necesitamos para optimizar nuestro peso y para mantenernos jóvenes y sanos.

Quizás uno de los mayores problemas que están contribuyendo a la epidemia de sobrepeso son los alimentos procesados (comidas precocinadas, pizzas, bollería, alimentos refinados, azucares refinados, sin fibra, sin apenas nutrientes…).

Queremos resultados rápidos que no cambian hábitos y eso no funciona. Las dietas son acciones temporales que dejamos cuando nos cansamos para volver nuevamente a lo que hacíamos antes. Se entra así en un círculo cerrado de aumento progresivo de peso a medida que se cumplen años que desanima o hace que al final nos conformemos con tener kilos de más en nuestras articulaciones.

¿Qué son los OBESÓGENOS?

Son también conocidos como disruptores endocrinos o disruptores hormonales. Se encuentran en multitud de productos (en los plásticos de los envases que envuelven nuestros alimentos, en los cosméticos, en los aditivos de las comidas procesadas, en pesticidas, herbicidas…). Estas sustancias interfieren peligrosamente en nuestro metabolismo, alterando los receptores hormonales como por ejemplo hormonas que tienen que ver con la regulación del apetito,y también  promueven la adipogénesis  (formación de células grasas) causando aumento de peso, celulitis... Es cada vez más frecuente ver a niños y hombres con un aumento importante de las mamas.

Hemos de concienciarnos de esto y evitarlo en la medida que podamos.

¿Por qué el cuerpo nos pide comer más y más?

Además de lo explicado de los disruptores endocrinos, otra razón importante es porque no le proporcionamos los nutrientes que necesita. Eso ocasiona que mande señales de hambre pidiendo a veces a gritos esos nutrientes necesarios para funcionar de una forma óptima. Pide y pide intentando conseguirlos… A veces el cuerpo también confunde la necesidad de beber agua con la necesidad de comer porque necesita minerales, vitaminas, proteínas… para poder hacer saciarse. Por eso es importante también beber suficiente agua buena durante todo el día y sobretodo 20-30 minutos antes de las comidas.

Los alimentos procesados acostumbran a estar refinados y desprovistos de fibra, lo que provoca picos de azúcar en sangre, que a su vez hacen que el páncreas secrete insulina rápidamente para bajar esos picos de azúcar. El páncreas nos protege de los picos de azúcar bajando el nivel de azúcar, lo que ocasiona nuevamente la sensación de hambre haciéndonos entrar en un círculo vicioso difícil de controlar sino cambiamos de hábitos.  Cada año que pasa manteniendo un estilo de vida inadecuado, a partir de ciertas edades, son 2-3 kilos o más que podemos acumular cada año que luego tardamos en quitarnos o ya no podemos quitarnos (si seguimos manteniendo nuestro mismo estilo de vida).

¿Cómo adelgazar? Los expertos nos recomiendan:

  • Tomando alimentos que nos nutran, no refinados, alimentos vivos, lo más parecido a cómo nos lo proporciona la naturaleza, pues nos proporcionen energía y nutrientes esenciales. Verduras, frutas, legumbres, frutos secos y semillas, son antioxidantes, nos ayudarán a perder peso, mantenernos más jóvenes y fuertes y a contrarrestar el efecto de la toxicidad en nuestro organismo.

La mayoría de nuestro plato han de ser verduras. Una alimentación rica en fibra es la clave, pues la fibra ralentiza la digestión manteniéndonos saciados durante más tiempo y prevendrán los picos de azúcar. Es importante aumentar los alimentos en estado crudo porque tienen más agua y nutrientes, y esto provoca también que nos sintamos más saciados.

  • Es importante evitar las cocciones a altas temperaturas, pues eliminan nutrientes y enzimas de los alimentos.
  • Comer despacio y de forma consciente nos ayudará también a perder peso, dado que llegará antes la señal de saciedad y mejorará el proceso digestivo.
  • Evitar el estrés. Ves descalzo siempre que puedas en contacto con la tierra, el césped, arena … te ayudará a bajar el estrés y la inflamación. Si bajas el estrés tu organismo funcionará mejor y habrá menos inflamación. El estrés engorda!
  • Fijarnos menos en la cantidad de calorías o en el peso y fijarnos más en la calidad de las calorías y en la talla de ropa que necesitamos. No es lo mismo 100 calorías de un bocadillo de chorizo que 100 calorías proporcionadas por zanahorias. Además de las calorías cuentan mucho los nutrientes.
  • Elimina los refrescos y los zumos envasados. Están llenos de azucares refinados o edulcorantes químicos poco recomendables.
  • Beber agua abundante (no embotellada en plásticos pues son disruptores hormonales) ayuda a saciar el cuerpo y a limpiarlo de tóxicos. Si el cuerpo no tiene exceso de tóxicos trabaja mejor y no acumula líquidos ni tanta grasa.
  • Toma medio chupito de agua de mar disuelta en agua dulce cada día. Te nutrirá y con ello te ayudará a disminuir el hambre, pues el agua de mar proporcionará toda la tabla periódica de minerales necesarios para multitud de procesos metabólicos. No olvides que la vida surgió en el mar, nuestra sangre es salada, como lo son nuestras lágrimas, nuestra orina… Los minerales son esenciales para la vida. Actualmente en deportes de alta competición se utiliza para aumentar el rendimiento y resistencia de los deportistas.
  • Reduce al máximo los tóxicos ambientales. Evita plásticos y utensilios de cocina con antiadherentes (con el calor entran en nuestro cuerpo como disruptores endocrinos, son OBESÓGENOS). Elige bien lo que comes, evita carnes de ganadería intensiva, utiliza productos de higiene que no contengan tóxicos… son algunos cambios que ayudarán a evitar los disruptores hormonales u obesógenos, y por tanto a perder peso.
  • Actívate! Aprovecha tus obligaciones diarias para encontrar en ellas posibilidades de moverte, de transformarlas en tu gimnasio particular. Sube y baja escaleras siempre que puedas, escoge caminar siempre que te sea posible, estírate para que se active tu sistema linfático! Cuando caminamos o nos estiramos activamos nuestro sistema circulatorio y linfático. Es imprescindible hacerlo para limpiar el cuerpo de tóxicos y para que el sistema circulatorio funcione correctamente. Ayuda a tu cuerpo a repararse, a activar el metabolismo y por tanto a adelgazar !!!
  • Tomar una cucharita de aceite de coco por las mañanas ayuda a equilibrar las cándidas de nuestro cuerpo y con ello podremos bajar peso.
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