Es luz que no se puede ver, pero que se puede sentir como calor. Son ondas de luz en el rango de 4 a 14 micrones, siendo estas las más beneficiosas para la salud y teniendo un poder de penetración en el cuerpo de 80 veces superior a cualquier otra onda. Es esencial para la salud, reproducción y desarrollo de todos los seres vivos. Este tipo de calor para que sea efectivo tiene que estar cerca del cuerpo, su distancia debe de ser lo más cercana posible a la piel, a no más de 5cm, así se podrán obtener los beneficios de este calor de forma adecuada.
Como los rayos de infrarrojo lejano penetran mucho más y calientan de una manera más uniforme y rápida que cualquier otra fuente de calor, son más efectivos y proveen de calor directo a los tejidos más profundos y a las articulaciones. Cuando los infrarrojos lejanos penetran en los diferentes órganos del cuerpo, estos órganos se reactivan, fortalecen y revitalizan. Además, mejora el PH de nuestro cuerpo ayudándolo a la desintoxicación de componentes perjudiciales, ya que estos rayos contribuyen a regular el flujo sanguíneo y a normalizar todos los sistemas.